Quibdó: realidad y utopía realizable

El ejercicio de pensar Quibdó, requiere hacernos tres preguntas esenciales: ¿De dónde venimos?, ¿Quiénes somos?, ¿Qué queremos? Encontrar las respuestas a estas preguntas nos permitirá planificar el presente y el futuro de la ciudad. Decir simplemente que Quibdó debe ser sencillamente “una ciudad prestadora de servicios”, como la define el POT y el Plan de Usos del Suelo, es una definición llana que denota facilismo y falta de compromiso, peor aún, falta de sentido de pertenencia cultural, total alejamiento con nuestro entorno y nuestra identidad como pueblo.

Dar respuesta a ¿Qué es Quibdó? y qué debe ser, no requiere mayor esfuerzo, la misma ciudad está nombrando su vocación y nos está diciendo hacia donde deben dirigirse los esfuerzos en su planeación actual y futura. Pero parece que sus autoridades, sus pensadores y planificadores, sus dirigentes políticos y algunos de sus habitantes se resisten, y en muchos casos se oponen, a escuchar la voz de la ciudad que clama por que la dejen ser, y maltratando este sentir, no miran hacia ella y su entorno, antes por el contrario, tratan de introducirle planes y programas de miradas externas y foráneas totalmente ajenas a ella, que le repudian.

Quibdó es la capital de un departamento singular llamado Chocó, centro vital de su cultura, corazón y cerebro del mismo requiere mirar hacia adentro del Chocó y a partir de allí modelar una visión. Se requiere además conciencia y conocimiento de su devenir histórico; de su situación geográfica; de su entorno natural y de la explotación que hacen sus moradores del mismo; de sus riquezas y de sus transformaciones artesanales; de las etnias que lo habitan y sus costumbres culturales; del privilegio de su biodiversidad; de sus ríos y vías naturales; de su riqueza hídrica y de su sensibilidad en un mundo falto de estos recursos ..( )…de su clima, y en fin, de todo lo que lo distingue de otros núcleos urbanos y rurales casi especializándolo; todo lo cual será en síntesis lo que nos afirmará la ciudad que nos correspondió habitar y lo que esta quiere de nosotros para perpetuarla y concretar una visión futura de la misma.